La historia y el desarrollo de Ariño va unida desde hace un siglo a la extracción del carbón. El museo minero de la localidad, que reconstruye un interesante barrio minero en torno al castillete Pozo Corral Negro, es la mejor manera de descubrirlo, pues refleja la esencia de un municipio y de los vecinos que, durante tantos años, se dedicaron a la minería.
Para aprovechar al máximo la visita a esta localidad, conviene no pasar por alto la iglesia de San Salvador, del siglo XVIII, y su torre, de un época anterior, que llama la atención por su pronunciada inclinación.
Entorno natural
El Parque Cultural del Río Martín, con una amplia red de senderos, permite descubrir bellos parajes en torno a la riberas de los ríos Martín y Escuriza, que confluyen en este municipio. Se puede disfrutar además de escarpados barrancos, cañones y pinturas rupestres de quienes habitaron esta tierra hace millones de años. El centro de interpretación de Arte Rupestre ‘Antonio Beltrán’, en el mismo municipio, permite comprender estas creaciones artísticas y cómo eran las formas de vida y las creencias en los tiempos prehistóricos.
Siguiendo el cauce del río se puede descubrir uno de los escasos puentes colgantes que hay en Aragón y el santuario de la Virgen de Arcos, otras dos paradas de obligada visita en los alrededores de este municipio.
Antes de marcharse de Ariño, y para disfrutar de una experiencia de relax y desconexión completa en este paisaje natural, merece la pena una estancia en el balneario de la localidad, cuyas aguas fueron declaradas mineromedicinales y termales en el año 2007.